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En su origen, la licencia fue otorgada a la Federación de Radios Libres de Madrid. Dicha licencia estaba en Chinchón, zona cuya complicada orografía hacía muy complicado alcanzar el área metropolitana de Madrid.

Tras varias vicisitudes, que incluyeron la creación de una emisora privada autogestionada (Eko Sur Radio), la emisora fue adquirida por la familia Ruiz-Mateos, convirtiéndose en Radio Libertad.

Sólo dos personas de la antigua Eko Sur formaban parte de la primitiva plantilla de Radio Libertad, el resto entraron a formar parte en el otoño de 1995.

La idea de Radio Libertad no era hacer radio local, sino crear una emisora “de peso”, que crea opinión, con entrevistados, colaboradores e invitados de primera. Algo difícil de hacer desde Chinchón, a más de 40 minutos en coche desde Madrid.

El inicio de las emisiones se retrasó varias veces, y al final se salió al aire con un equipamiento obsoleto y de aficionados.

Nueva Rumasa no inviertió un sólo duro en publicitar la emisora, la promoción fue únicamente por intercambios con otros medios.

“La radio de la verdad” fue el primer eslogan, al que sustituirá “La Radio Más Libre” poco tiempo después.

En el primer semestre de emisiones se marchan algunos integrantes de la plantila descontentos con las condiciones de trabajo, 300 euros al mes sin contrato ni seguridad social (y eso que la emisora se vanagloriaba de ser militante contra la corrupción).

En la primavera de 1996, José Ignacio Plaza es sustituido por Jesús Terrón en la dirección de la emisora. Terrón lleva una drástica reducción de personal hasta que, tras su aparición en el programa “cuerda de presos”, sale a relucir su pasado carcelario, por lo que un nuevo director, Cholo Hurtado, entra en el verano de 1996. Hurtado intenta modernizar y profesionalizar la emisora, pero los palos en las ruedas que Rumasa y, sobre todo, el propio Terrón pone en su camino le hacen dimitir en septiembre de 1997. Luis Sanjurjo será el cuarto director de la emisora en dos años, su labor será principalmente simbólica, ya que es Terrón quien manda en la emisora.

Un tiempo después, la radio se traslada a Madrid, se rebautiza como Libertad FM e incorpora un sistema de realización basado en disco duro. Comienza a vender sus espacios horarios a productores independientes (lo mismo que hace Radio Intercontinental) pero la cosa no funciona. Tras varios meses de impagos Radio Libertad deja de existir.